El asado es una tradición en Argentina, tanto como el mate y el dulce de leche.
Se conoce como asado a la técnica de cocción mediante la cual los alimentos son expuestos al calor de las brasas para que se cocinen lentamente. El calor se transmite gradualmente al alimento, que por lo general está suspendido sobre el fuego o cerca de las brasas.
Los mejores cortes para un asado son la entraña, costilla, bife de chorizo, asado de costilla, vacío, ojo de bife, picaña y lomo, además de la molleja, chorizo, morcilla, chinchulines y riñoncitos.
En Manual del Asador Argentino, de Raúl Mirad, se relata que un jesuita italiano que estuvo en las pampas argentinas a inicios de los 1700 quedó impresionado por los gauchos y su habilidad para faenar la carne y prepararla incrustandola en palos clavados al suelo e inclinados sobre una fogata.
1 1/2 kg. de bife de chorizo sin hueso
1 1/2 kg. de asado de tira con hueso
sal parrillera
8 papas
4 camotes
leña
Colocar el bife de chorizo y el asado de tira en la parrilla. Cocinar el primer corte al punto de su preferencia, salar al momento de retirar la carne.
Cocinar el asado de tira con el hueso hacia el fuego para que desprenda un jugo rosado en la parte superior. Cuando la carne esté a media cocción y el hueso bien dorado, retirar y sazonar. Es aconsejable cocinar la carne con la leña convertida en brasas y a una distancia de diez o quince centímetros de la fuente de calor. Si la temperatura es muy fuerte, el asado se arrebata; si la temperatura fuera muy baja, se seca.
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